En un anuncio realizado este miércoles desde la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que firmará en los próximos días una orden ejecutiva para instruir al Pentágono a habilitar 30.000 camas en la base naval de Guantánamo, Cuba. El objetivo es detener a inmigrantes indocumentados.
Trump detalló que los nuevos detenidos serán, según su criterio, “los peores inmigrantes ilegales criminales”, resaltando la peligrosidad de algunos de ellos al punto de que, según sus palabras, “no se puede confiar en sus países de origen para su deportación”.

En el marco de su discurso, el mandatario estadounidense enfatizó que la medida busca reforzar la seguridad nacional y controlar el flujo migratorio ilegal, que según él, constituye una amenaza para la nación.
La decisión de abrir nuevamente instalaciones en Guantánamo para este fin ha generado fuertes críticas tanto a nivel nacional como internacional, ya que muchos consideran que el traslado de inmigrantes a una base militar que históricamente ha estado vinculada a la controversia y las violaciones de derechos humanos podría agravar la situación.
De esta forma, el gobierno de Trump continúa implementando políticas de endurecimiento en torno a la inmigración, en un contexto de creciente polarización y debate sobre los derechos humanos de los inmigrantes en territorio estadounidense. La medida podría enfrentar obstáculos judiciales, ya que organizaciones defensoras de los derechos humanos ya han expresado su rechazo a la reactivación de Guantánamo como centro de detención para inmigrantes.