
El presidente de Chile, Gabriel Boric, promulgó una reforma al sistema de pensiones que beneficiará a millones de ciudadanos. Esta reforma, fruto de un acuerdo entre el gobierno y la coalición opositora Chile Vamos, busca modernizar el sistema previsional vigente desde 1981. La reforma busca mejorar las pensiones y garantizar una mayor equidad en el sistema.
Incremento en las pensiones y cotizaciones
Uno de los aspectos más relevantes de la reforma es el aumento en las pensiones y la cotización obligatoria. La nueva ley eleva la Pensión Garantizada Universal (PGU) de 214.000 pesos chilenos (aproximadamente 233 USD) a 250.000 pesos chilenos (aproximadamente 273 USD) para aquellos pensionados de 65 años o más.
Además, se establece un aumento gradual en la PGU hasta alcanzar los 300.000 pesos chilenos (aproximadamente 328 USD) para los beneficiarios mayores de 82 años. Este aumento busca reducir la brecha entre las pensiones más bajas y mejorar el bienestar de los jubilados en el país.
La cotización obligatoria también experimentará un aumento progresivo. Actualmente, las cotizaciones son del 10% de los salarios, pero con la reforma se elevarán al 17% en un plazo de tiempo determinado, con el aumento siendo asumido parcialmente por los obstáculos. Este cambio busca fortalecer el sistema y garantizar un mayor fondo para las jubilaciones a futuro.
Transformación de las AFP y creación de un Seguro Social
Las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) seguirán operando, pero la reforma establece que se dividirán en dos entidades separadas: una encargada de la gestión de los fondos y otra de la inversión. Esta medida busca aumentar la competitividad y garantizar que los afiliados tengan acceso a mejores opciones de inversión. Además, se crea un Seguro Social que proporcionará mayor protección a los sectores más vulnerables, con un sistema de solidaridad intergeneracional.
Reacciones y perspectivas
El presidente Boric destacó que la reforma representa un avance histórico para el país. La oposición, aunque votó a favor en el Congreso, se mostró reticente en algunos puntos y criticó ciertos aspectos del proceso. Sin embargo, la reforma se considera un paso fundamental para modernizar el sistema previsional chileno, mejorando las pensiones y reduciendo las desigualdades sociales.