
El gobierno argentino, liderado por el presidente Javier Milei, anunció este miércoles su decisión de retirar al país de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El vocero presidencial, Manuel Adorni, comunicó en conferencia de prensa que el presidente instruyó al canciller Gerardo Werthein para formalizar la salida. Esta medida se alinea con la reciente determinación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de abandonar la OMS.
Adorni fundamentó la decisión en «profundas diferencias» con la gestión sanitaria de la OMS, especialmente durante la pandemia de COVID-19. Criticó que, junto al gobierno de Alberto Fernández, la OMS promovió «el encierro más largo de la historia», afectando la soberanía nacional en materia de salud. «Los argentinos no vamos a permitir que un organismo internacional intervenga en nuestra soberanía y mucho menos en nuestra salud», enfatizó el vocero.
Impacto económico y sanitario
Desde el gobierno aseguraron que la salida de la OMS no afectará la calidad del sistema sanitario argentino, ya que el país no recibe financiamiento directo del organismo para la gestión de salud. Además, destacaron que la membresía en la OMS implica un costo aproximado de 10 millones de dólares anuales, monto que ahora podría destinarse a otras prioridades nacionales.
La administración de Milei sostiene que esta medida otorgará a Argentina mayor flexibilidad para implementar políticas de salud adaptadas a las necesidades locales, sin las restricciones que, según ellos, impone la OMS. Asimismo, reafirma su compromiso con la soberanía en decisiones sanitarias, alejándose de influencias externas que consideran perjudiciales.
Reacciones y contexto internacional
La decisión de Argentina se produce poco después de que Estados Unidos, bajo la presidencia de Donald Trump, también anunciara su retiro de la OMS, argumentando una mala gestión de la pandemia y una supuesta falta de independencia política del organismo.
Analistas internacionales advierten que estas salidas podrían debilitar la respuesta global a futuras emergencias sanitarias, ya que la OMS desempeña un papel crucial en la coordinación de esfuerzos internacionales y en la distribución de recursos médicos en situaciones de crisis. Sin embargo, los gobiernos de Argentina y Estados Unidos sostienen que sus decisiones buscan proteger la soberanía nacional y mejorar la eficacia de sus políticas de salud.
En el ámbito local, la medida ha generado opiniones divididas. Algunos sectores apoyan la decisión, argumentando que permitirá una gestión sanitaria más autónoma y adaptada a las realidades argentinas. Otros, en cambio, expresan preocupación por el posible aislamiento internacional y las consecuencias que podría tener en la cooperación sanitaria y científica.